Lunes,
27 de octubre de 2014.
Dictado-copiado.
Había
una vez en un colegio un profesor, ya mayor, que tenía una enorme
paciencia y un excelente humor. Se llamaba don Juan. Sus alumnos lo
admiraban y confiaban en él.
Cuando
Alberto escribía el número 3 al revés, don Juan iba a la pizarra y
dibujaba muchos 3 con tizas de colores.
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